Hace algunas décadas se promovía con insistencia la campaña “Tira la basura en su lugar”. Recuerdo que me gustaba mucho la campaña, y estaba convencido de que era importante responder al llamado.
En aquellos años era común ver cómo las personas arrojaban papeles, botellas o envolturas desde las ventanas de los camiones o al caminar por la calle. Siempre me pareció un acto detestable.
Estoy seguro de que la campaña logró generar conciencia: muchos jóvenes de entonces adoptaron la idea de mantener limpia la escuela y los espacios comunes. Incluso en las primarias se organizaban “guardias” que, además de disciplinar, obligaban a recoger la basura a quien no respetara las reglas. Era una manera de educar y, al mismo tiempo, de mantener limpio el entorno.
Hoy en día, afortunadamente, ya no es tan común ver a alguien tirar basura en la vía pública. Existe mayor conciencia ecológica y, en paralelo, los gobiernos han colocado contenedores y botes de basura para facilitar que la ciudadanía cumpla con su parte.
Sin embargo, de poco sirve el esfuerzo ciudadano si la autoridad municipal no cumple con la recolección. En el parque ubicado frente a la estación del Juárez Bus “La Fuente”, los contenedores permanecen llenos y la basura se acumula sin que nadie la retire. El mensaje es claro: los ciudadanos hacen su parte, ahora falta que el gobierno haga la suya.